“El nahuelito existe”, aseguró una periodista y mostró sus fotos de prueba
Contó que lo vio el lunes pasado, en Villa la Angostura. Semanas atrás, otros dos jóvenes también afirmaron que lo vieron en Puerto Elma.
El nahuelito puede ser una leyenda para muchas personas, pero es real para tantas otras. En este último grupo se encuentra, ahora, la periodista de Villa la Angostura Melisa Reinhold, quien afirmó que lo vio el lunes pasado, cuando se encontraba en la zona de Piedras Coloradas. Semanas atrás, jóvenes también contaron haberlo visto en Puerto Elma y otras personas la apoyaron en su relato porque afirman que también lo observaron el mismo día.
"El nahuelito existe", resaltó en su publicación Reinhold, que fue difundida por Diario Andino. Acompañó su aseveración con las fotos de lo que vio junto a su pareja el 10 de febrero, alrededor de las 19.
La periodista contó que un sonido les llamó la atención, por lo que dirigieron su vista al lago, donde observaron una ola, la única sobre el agua tranquila. Fueron 10 segundos, pero Reinhold logró capturar el momento: "como tenía la cámara en mano, logré rápido fotografiar el momento, antes de que el monstruo se asuste con mi lente de gran alcance y vuelva a sumergirse en el Nahuel Huapi".
La joven, quien también es escritora y fotógrafa, rechazó la teoría de que se trataba de un grupo de mantarrayas. "Entre explicaciones lógicas pero poco estudiadas y criaturas mitológicas, escojo creer en lo segundo", explicó.
También les respondió a quienes la acusaron de modificar las fotografías: "no me tomaría tanto tiempo en editar una foto para inventar algo así, soy periodista, antes que todo, la verdad".
El relato completo:
Dicen que es grande, que es gigante. Un monstruo milenario que habita en las aguas profundas de deshielo. Nadie sabe bien qué come, qué es o por qué a veces (y solo a veces) se muestra cuando hay poca gente atenta mirando al lago. Y aunque durante mucho tiempo fui escéptica, hoy doy fe de que el Nahuelito existe.
Ayer me fui a una playa con mi novio, muy alejados de todo. Ya era el atardecer y estábamos solos en la costa. Él, leía; yo, lo molestaba sacándole fotos. Por eso, cuando el ruido del agua moverse sonó (¿fue una trucha saltar?), instintivamente miramos hacia el lugar.
El lago planchado comenzó a tener un oleaje extraño. Una sola ola entre tanta calma comenzó a alzarse a toda velocidad, con una sombra negra coronando el recorrido. Me emocioné. Como tenía la cámara en mano, logré rápido fotografiar el momento, antes de que el monstruo se asuste con mi lente de gran alcance y vuelva a sumergirse en el Nahuel Huapi. Fueron segundos, acaso diez, pero que quedaron inmortalizados en la fotografía de un ser casi invisible.
Con Tobias nos miramos. Sin dar crédito a nuestros ojos le hicimos zoom a la foto. Con píxeles borrosos, típico de los momentos desesperados, vemos la forma de un ojo negro, de un pez con fama de dinosaurio. Fue el Nahuelito, no hay más dudas.
Al día siguiente, cuando llegué al pueblo y mostré la foto, me miraron sorprendidos y me dijeron que había captado al cuero. Me dijeron que son unas mantarrayas nadando en grupo y que debe de haber sido eso lo que vi. Pero a mi no me jodan, nunca vimos una mantarrayas en el lago.
Por eso yo voy a seguir diciendo que vi al Nahuelito. Porque entre explicaciones lógicas pero poco estudiadas y criaturas mitológicas, escojo creer en lo segundo.
Aclaraciones: la foto es real, lo que cuento del ruido y de lo que vimos también.
La fotografía fue tomado con una cámara réflex de alcance 18-140, por eso tampoco se pudo sacarse tan clara y tuve que hacerle zoom.
No sé si fueron mantarrayas, una ola (aunque lo que me llama la atención es el ruido que hizo), o algo que no se conoce muy bien, pero fue algo rarísimo que no vi en 22 años en este pueblo.
Para quienes crean en el Nahuelito, bienvenidos; para quienes no, tomenlo como que vimos un fenómeno similar por el cual se originó la leyenda. Publicó Noticias Argentinas.